Hay un dolor que te lleva las rodillas al suelo y, ante una vela, te obliga a pedir fuerza. Hay un dolor tan sencillo como beber agua.
Norte: la isla, la constelación, la lacra. Sur: el perdón, la resistencia, la mirilla.
Hay un dolor que saltea las acelgas.
Vuestro corazón pidiendo permiso. Vuestra heroína.
Deleuze sin islas, en la ola emergente, suicidándose después de cada café.
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